Estimado señor Alonso Rodríguez:
Me dirijo a usted con la intención de que me asesore en un
tema que me tiene muy intranquila y que produce cosquilleos que no entiendo.
Tengo novio, Segismundo, desde hace 6 años. Es hijo del cura del pueblo -eso dicen las malas lenguas- y su madre es una santa pura y casta. Supongo que por
su educación tan religiosa, le puedo decir que en nuestros 6 años de noviazgo
tan solo me ha dado unos cuantos besos tan castos y puros como su madre. Yo
creo que lo hace porque es su intención que los dos lleguemos vírgenes a
nuestra noche de bodas, que será en el año 2024, Dios mediante. Pero el otro
día estuve tomando el café con unas amigas y ellas cuentan maravillas de lo que
hacen con sus novios o no novios. ¡Y les tengo una envidia! Le he dado a
entender a Segis que no es necesario que me respete tanto y que yo haría por él
el sacrificio de follar antes del matrimonio. Claro que no entendió nada o hizo
que no entendía. Me gustaría ser más explícita, pero es que no tengo ni idea de
qué hacer. Ni siquiera sé por dónde tiene que entrar eso, ni cómo manejarlo,
cuánto tiene que durar...
Perdone mi ignorancia.
Por favor, pido su consejo para llegar a calmar esta
intranquilidad que me produce un cosquilleo inexplicable.
Gracias
Apreciada oyente y amiga María, pasamos tu consulta a nuestro Coordinador del consultorio sexológico ALMA Y CARNE CONFINADA, Lorenzo Rodríguez que no, Alonso, haciéndole saber que estamos saturados de consultas, por lo que la pedimos unos días de paciencia para poder atender tus dudas y poder aconsejarle como te mereces.
Gracias
por seguirnos.
Beso
sus pies y mano quedando a su entera disposición.
Domingo Siesta
Departamento de Redacción.
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