“Hoy hacemos un nuevo contacto.
Desde el día en que nos
“conocimos” a través de la página, hemos chateado a diario. Incluso varias
veces algunos días. Me vuelve loca, me obsesiona desde el primer momento. Cada palabra
que sale de sus labios es un rumor vergonzoso que me eriza la piel y me hace
arder en llamas.
Ya suena la
llamada, y he abierto la página…
- “¿Has pensado lo que te dije, ayer., ¿Nos
vemos?..”
Digo “sí”, mientras atestiguo con un
movimiento de cabeza. Ya tengo encendida mi webcam, y veo su rostro, su torso
desnudo, como el mío, no me hace falta más, sólo la vibración de su voz en un
susurro.
- “¡Sigue mi dedo! y haz lo que te digo…
¡Ahora!”
La instrucción entra en mi cabeza como un cántico subyugante. Levanta
el dedo índice mientras su penetrante mirada perfora mis ojos, mi garganta, mis
senos… Y dirige su dedo a la pantalla, mientras desbroza órdenes seguras que
llevan mi propia mano hacia mí cuerpo.., mientras voy a su encuentro… El
encuentro…”
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